No sé qué puedo hacer
12 diciembre 2025
C nos escribe: «Tengo 21 años y me casé con 19. Mi matrimonio no ha sido lo mejor. No tenemos hijos aún, pero tengo una dependencia gigante. Y no sé qué hacer, porque aunque hemos tenido muchos problemas, nos hemos arreglado. Hemos deconstruido muchas cosas juntos, con el poco tiempo que tenemos. Nuestra casa y la moto. Sinceramente, lo material no me interesa. Nos hemos engañado, y después de esas cosas conversamos y aclaramos que todo estaría bien. Pero él últimamente anda raro. En estos días dijo que estaba tomando cerveza con los compañeros del trabajo, y todo bien, pues sí era cierto. Luego me dijo que iría a buscarme a casa de mi hermana, donde yo estaba. Me dijo: “Voy a tal barrio, cerquita de donde estás, a llevar a un compañero de trabajo”. Y me sentí desconfiada; no sé por qué esta vez no le creí. Vi su localización y decía que había estado en el centro, como una hora parado en el mismo lugar. Aparte de eso, me había dicho temprano que le había prestado dinero a un amigo, que según él estaba recién comenzando a trabajar y no recibió mucho. Lo que pasa es que yo hago la contabilidad de su empresa; tercerizados, no estoy donde él trabaja. Estoy en otro lugar. Y aparte de ver la localización, vi a la persona a la que le mandó el dinero, y esa persona tenía más tiempo trabajando allí que él. O sea, me mintió en eso, y me mintió sobre lo del centro. Yo le cuestioné eso, pero apenas me dijo que no me quería decir la verdad porque yo me molestaría, y que lo del centro era que fue a hacerle un favor a un amigo y demoró ese tiempo esperando. Solo que una vez le pedí que me llevara a la universidad, y solo haría un examen y saldría. Demoré 40 minutos y se molestó muchísimo, y así no le gusta esperar. Pero hoy, ya pasaron unas 3 semanas de eso, y hoy estuvo todo el día en la casa. Me dijo que había salido para cierto lugar a hacer un papeleo de la moto, y como les digo, yo tenía esa espinita. Fui a ver y fue al centro de nuevo. En ningún momento pasó por donde supuestamente decía que iría. Le volví a preguntar; no me dijo nada. Luego solo le dije: “Vamos a separarnos, no te creo más. Eres un mentiroso”. Él apenas dijo que sí. Pero ahora… ¿qué hago? No sé qué puedo hacer. ¿Dónde podría ir? ¿Qué consejos me dan?»
Hola C,
Lo que está claro es que con solo 21 años y toda tu vida por delante, si el tu hoy todavía marido te sigue engañando esto no va ir a menos, sino a más. Por lo tanto no tiene mucho sentido que hipoteques tu futuro al lado de una persona como él.
Antes de nada deberías de buscar asesoramiento legal, sin explicárselo a tu marido. Busca algún abogado/a que sea especialista en temas familiares y que te atienda y le explicas tu situación. En teoría la ley te debería de ayudar; aunque no seas materialista debes mirar por ti y tu futuro. Y si os separáis, sea iniciativa tuya o suya, debéis llegar a un acuerdo y repartir todo lo que tenéis fruto de vuestro matrimonio.
Y mientras no tengas el tema legal controlado, no te enfrentes con tu marido. Es mejor actuar de forma precavida, sin hacer ruido. Vuestra relación se ha deteriorado mucho y difícilmente tiene marcha atrás; pero eso no implica que tengas que tirarlo todo por la borda. Un enfrentemiento ahora sería contraproducente para ti.
En resumen. Tienes que ser como los felinos, que se mueven sin hacer ruido. Y preparar tu estrategia con la ayuda de algún abogado experto en temas familiares, con el objetivo de no quedarte desamparada el día que se materialice la separación. Es muy importante que mires por ti.
Por último. Ten en cuenta que aunque esta situación sea dolorosa, es un aprendizaje muy importante en tu vida. Como te decía al principio, con solo 21 años tienes toda tu vida por delante, y tienes el derecho (y la obligación diría yo) de vivirla como tu quieras, procurando siempre hacer el bien. No dependas de nadie, intenta siempre ser independiente y ser libre.
Mucha suerte!
P.D. Si crees que este mensaje te sirve, piensa que lo único que te pedimos es que actúes con los demás de la misma forma que actuamos contigo. Es decir, intentando ayudar sin pedir nada a cambio