Day nos escribe: «Cuando salí del colegio no sabía qué hacer. Siempre fui buena en Español e Inglés, muy buena en Filosofía y Ciencia Política, pero tenía el sueño de salir del país. Una profesora de Física que había vivido en Nueva Zelanda me aconsejó estudiar alguna ingeniería, diciendo que así sería más fácil. Así que, no porque me gustara, escogí Ingeniería Civil. Mis primos siempre habían intentado estudiar eso y desistieron, así que también lo hice por ego. Primero hice un tecnólogo; sin gustarme, lo terminé. Casi no logro entrar a la universidad y en eso me demoré unos dos años más, más los tres del tecnólogo: ya había perdido cinco años. Empecé a estudiar Ingeniería Civil en una muy buena universidad y, afortunadamente, me becaron. Ya estoy por graduarme, solo me falta presentar mi proyecto de grado y acreditar un nivel B1 de inglés, pero me da pavor presentar mi proyecto. Siento que en todos estos años no he aprendido nada y me dan muchas ganas de dejar todo botado. Me pongo a revisar qué he hecho en estos casi diez años y veo que nada: invertí todo mi tiempo en una carrera que no me gusta. Todos los trabajos que he tenido en Ingeniería Civil han sido terribles, mal pagos, con comentarios sexistas; incluso me han llegado a tocar el trasero. Se me dio la oportunidad de entrar a trabajar en una empresa de seguros y llevo poco, pero he descubierto que quiero quedarme aquí. El ambiente, las personas, el volumen de trabajo… todo es mucho mejor. Pero todo el mundo me pregunta: ¿qué hace una ingeniera civil en este ramo? No sé si dejar botada mi carrera, porque igual tengo que pagar una suma considerable para poder graduarme. También quiero estudiar otra carrera que tenga más que ver con temas administrativos. Desafortunadamente, en Colombia el sector de la construcción está en decadencia y cada vez es más difícil conseguir trabajo en ese campo. Mi pregunta es: ¿empiezo a estudiar otra carrera (haciendo cuentas me graduaría a los 30 o 31 años)? ¿Vale la pena? ¿Tal vez estudiar Administración de Empresas o Ingeniería Industrial? ¿O mejor me gradúo y hago un MBA, y sigo pasando mi hoja de vida sin ejercer? Quiero quedarme en seguros, quiero crecer en esta empresa, pero mi carrera me lo impide. Pienso todas las noches en el tiempo que perdí —ya casi diez años estudiando ingeniería— y me arrepiento tanto… Me duele mucho. He tenido crisis de ansiedad pensando en qué hacer. No quiero ser una fracasada. ¡Ayuda! Tengo casi 27 años.»

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Hola Day,

Lo bueno que tienen las ingenierías, sea la que sea, es que te enseñan a encontrar soluciones a problemas complejos. Y esta capacidad después sirve para todas las profesiones y para todas las circunstancias de la vida.

Por esto que hayas estudiado Igeniería Civil de ninguna manera te impide dedicarte al mundo de los seguros si esto te gusta más. Al contrario, tu capacidad de análisis y tus aptitudes de resolución de problemas seguramente te pueden permitir tener una gran carrera profesional.

Mi recomendación sería pues que termines la Ingeniería Civil (ahora que estás a punto de llegar a la linea de meta no abandones!) pero sin dejar de trabajar en este trabajo en el que eres más feliz.

Y si después te apetece estudiar más, quieres formarte en otras cosas, pues adelante! Pero no dejes de trabajar. Tienes alternativas para simultanear las dos cosas, trabajo y estudios, como por ejemplo la Universidad Nacional Abierta y a Distancia de Colombia. Incluso las formaciones tipo MBA también tienen modalidades a tiempo parcial porque mucha gente se encuentra como tu, que quiere aprender más sin dejar de trabajar.

Mírate las cosas por el lado positivo. Aunque no sea la carrera de tu vida la Ingeniería Civil te ha permitido adquirir ciertas capacidades que no habrías adquirido de otras maneras, y que te serán muy útiles. Por otra parte en el mundo actual las personas nos tenemos que reinventar continuamente, la flexibilidad y la capacidad de adaptación son fundamentales.

Tus aptitudes y tu empuje te permitirán tener éxito en el mundo de los seguros. Aunque te lo parezca estos años no han sido baladíes, te lo digo por propia experiencia.

Mucha fuerza!

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