¿A alguien más le ha pasado?
14 noviembre 2025
Lesly nos cuenta: «Me siento perdida, creo no conocerme. No culparé a nadie, pero creo que desde pequeña mi familia y yo creamos el sueño de que estudiaría medicina. Por lo mismo, siempre tuve que tener los mejores promedios, ser abanderada, mejor egresada y participar en cada proyecto. No tuve tiempo para mí y cuánto arrepentimiento tengo de no haber disfrutado un poco más mi niñez y adolescencia. En fin, lo conseguí: entré a estudiar medicina y pensaba que toda mi vida estaba resuelta… No es así. Mis profesores siempre me advierten que esta carrera no es buena, que se paga un precio muy alto por el sacrificio que se necesita, además de que la recompensa es poca. Vivo en Ecuador; como saben, existe gran saturación de médicos y la competencia es muy alta. Aparte de los años para graduarte como médico, se ve obligatorio que te especialices. Considero que el ambiente es muy tóxico, existe mucha envidia y se forman relaciones a conveniencia. La gente es grosera y no te puedes equivocar. Y saben, lo entiendo… estamos tratando con vidas, como siempre repiten, pero terminan con tu autoestima. Toda mi nivelación me la pasé llorando. Admito que sentía un poco de envidia al ver cómo mis compañeros de colegio podían salir, divertirse y tener otros planes; publicaban que la universidad era su mejor etapa. Yo no lo sentía así. Me deprimí tanto en primer semestre que dejé de esforzarme desde que tuve un inconveniente con uno de mis docentes; reprobé su materia y tengo que repetir otra vez. Me siento destrozada y duele mucho; siento que pasé de tenerlo todo a nada. Me siento como una decepción para mi familia y este secreto me mata. Mi mamá me hizo prometerle que no le contaría a nadie más. Además, los que se supone que eran mis amigos se alejaron y siento mucho miedo de encontrármelos en la universidad. Se supone que este era mi primer día, pero fui tan cobarde y no me atreví a ir. No quiero ir. Me siento atrapada, mediocre, ignorante y, sobre todo, tan cobarde. Sé que, a diferencia de muchos, este no parece ser un gran problema y que la vida sigue. Pero no puedo evitar sentirme así; siento que por mucho aliento que me den, me sigo hundiendo. Y, para concluir, ni siquiera sé por qué seguir luchando. Siempre viví para complacer a la gente, a mi familia; todos mis triunfos se los he dedicado, pero me cansé. Ahora también lo hago por mi pareja para tener estabilidad, pero si algún día me faltan, no sabría por quién más hacerlo. Por mucho que me repiten que todo esto es por mi bien, no quiero. No quiero hacerlo por mí, porque no me interesa mi bienestar. No sé si creé cierto odio hacia mí, pero existen veces en las que odio sentirme, sentir mi cuerpo, mi respiración. Es como si quisiera huir de mí pero no puedo. Sé que la idea de suicidio no es un tema nuevo ni tampoco un juego, pero siempre que hago memoria, toda mi vida se ha basado en nunca aceptarme, odiarme y llorar, llorar muchísimo. No quiero hacerme daño y no lo haré, porque le temo a la muerte y a que exista un después de ella en donde tenga que pagar eternamente una condena. Sería como huir de este dolor para vivir otro, pero eternamente, aunque eso es incierto.
A veces me siento obligada a vivir. Solo quisiera dormir, porque siento que dormir es como morir: no tienes conciencia, no recuerdas nada, no sientes nada, no sobrepiensas nada. ¿A quién no le gusta dormir?»
Hola Lesly,
Entiendo perfectamente tu situación. Es ahora, después de unos cuantos años, que ves que no has vivido la vida que querías vivir, sinó la vida que otros querían que vivieras. Y esto te hace plantear todo lo que has hecho antes, y como has llegado hasta aquí.
La mala noticia es que el pasado no puede cambiar. Pero la buena es que tienes todo el futuro por delante, y que en la vida nunca es tarde. Porque al final, a mi modo de ver, en la vida las personas debemos perseguir el objetivo real, que no es hacerse rico ni hacerse famoso, sinó hacer un mundo mejor.
Por lo tanto no tiene mucho sentido lamentarse. Lo que tiene sentido es pensar en tener una vida de provecho, es decir, tener una vida que tenga un impacto positivo en los demás. Y con la capacidad que tienes esto lo puedes conseguir de sobras. Cómo lo haces?
Y aquí tienes ahora mismo dos alternativas inmediatas.
La primera es seguir estudiando medicina. Está claro que es una carrera con la que sin duda tendrás la capacidad de mejorar las vidas de mucha gente. Pero seguir, para ti, tiene una dificultad muy grande: que parece que no te gusta.
La segunda es dejar la medicina y, aprovechando las buenas notas que seguro que has tenido en tu vida académica, empezar otros estudios. Estos estudios quizá no tendrían tanta salida como a priori tiene la medicina, pero seguro que te harían más feliz.
Y yo te sugiero que antes de nada, te respondas a la pregunta de si te gusta la medicina. Te ves en tu vida profesional cuidando la salud de otra gente? Te ves operando en un quirófano? Te ves tal vez marchándote a un país lejano ayudando en un hospital de campaña? O te gustaría investigar para encontrar nuevos tratamientos médicos? Todo esto y más puedes conseguirlo estudiando medicina. Pero si no te llama la atención, si no es tu pasión, no vas a ser feliz, y si no eres feliz seguramente no podrás conseguir el objetivo de maximizar tu impacto positivo en las vidas de los demás.
Pero si te gusta, si eres capaz de ver tu futuro vestida en una bata blanca, tienes que perseguir este objetivo con pasión. Y no debes lamentar haber sacrificado muchas horas de tu vida para conseguir este objetivo.
Si la fobia que le tienes a la medicina es real, y no es fruto de tu situación emocional actual, debes cambiar de estudios. Y tendrás que explicarle a toda la gente a la cual crees que no puedes decepcionar, que sintiéndolo mucho has visto que la medicina no es lo tuyo. Pero mejor si le das un enfoque positivo, explicando que la teoría difiere mucho de la práctica, que en realidad el futuro con la medicina no está ni mucho menos asegurado y que al final tu quieres estudiar alguna cosa que te haga feliz y que te permita aplicar tus aptitudes. Y esto solo se consigue con pasión.
Conozco mucha gente que ha cambiado de carrera universitaria después del primer año, o incluso durante el primer año. Muchas veces las expectativas que nos creamos no son lo que nos encontramos una vez dentro. Y a veces la diferencia es tal que no se debe continuar. Mejor empezar otra cosa.
Y sobre tus comentarios finales. A todo el mundo le gusta dormir, por supuesto. Pero dormir es necesario para poder descansar, para disponer de energías renovadas con las que desarrollar nuestras actividades al día siguiente, a poder ser con pasión e ilusión.
Tu tienes mucha capacidad y toda la vida por delante. Pero te falta enfocar bien tu energía. Te repito que lo importante en la vida es maximizar el impacto positivo que tienes en la vida de los demás. Así que levántate temprano y piénsate bien como lo vas a conseguir.
Mucha fuerza!
P.D. Si crees que este mensaje te sirve, piensa que lo único que te pedimos es que actúes con los demás de la misma forma que actuamos contigo. Es decir, intentando ayudar sin pedir nada a cambio