Nos escribe Benjamín: «Bueno, empiezo por el hecho de que vivo en un muy mal barrio, de mala fama: drogas, armas, prostitución… todo lo que uno pueda imaginar. Yo (16M), hace unas semanas estaba caminando de noche de vuelta a casa. Había salido en busca de alguien que vendiera marihuana u otras sustancias, pero ya sea por poco esfuerzo mío en buscar o por pereza, decidí volver rápido a casa, además de que el ambiente no era bueno. En esto, mientras camino, tengo a una chica delante mía. Estábamos pasando por una calle oscura y, cuando vamos a pasar por un callejón, ella gira la vista para ver y, de manera automática, cambia de calle y comienza a caminar rápido. Esto hace que me alarme, pero me entra curiosidad de mirar también. Cuando paso, ya tengo la mirada fija en el callejón. Me estaba costando ver la situación que estaba pasando frente a mí, pero cuando finalmente pude darme cuenta, vi lo que ocurría: era un chico de unos 30 años o menos, estábamos a menos de un metro de distancia. Él estaba sentado en un banco con una jeringuilla, y yo, tratando de asimilar la situación. Nos quedamos mirándonos, y él terminó de preparar la inyección. Comenzó a inyectarse lo que supongo que era heroína, y solo nos quedamos —por lo que parecieron siglos— mirándonos fijamente a los ojos. No me podía mover, y la curiosidad de seguir viendo me mataba. Me generaba una rara sensación estar vulnerable ante una situación así: por si decidía atacarme o clavarme la jeringuilla, y también por su propia vulnerabilidad al estarse drogando frente a mí. Cuando finalmente pude moverme y dejé de estar en shock, comencé a caminar mirando varias veces hacia atrás. Desde ahí, una rara obsesión con la heroína ha aparecido en mi mente: no paro de pensar en ese chico, en la jeringuilla, en la heroína, en la situación, en los sentimientos que me generó. No paro de ver videos sobre adictos, videos de gente inyectándose heroína. Ya sé absolutamente todo sobre esta droga y sus consumidores. Estoy totalmente obsesionado, pensando todo el tiempo en eso, y me asusta un poco, porque aparte de consumir marihuana también consumo otras sustancias, y no sé cuánto tiempo tardará mi mente en rendirse ante una sustancia como la heroína. ¿Qué debería hacer?»

---

Hola Benjamín,

Sé que sabes muchas cosas de las drogas, pero igualmente te contaré que yo tengo familia directa que tienen una vida miserable debido a las drogas, y familia indirecta que murieron justamente por culpa de la heroína.

La elección es tuya. Si caes ten presente que no te levantarás jamás. Tirarás toda tu vida por la borda. Quedarás dependiente de gente sin alma que se aprovecha justamente de las personas adictas, para sacarles todo el dinero que puedan. En esto se basa el gran negocio de la droga.

Te voy a dar una idea por si te puede servir de algo, porque la fortaleza mental también se puede trabajar.

Estoy seguro de que donde vives, debido a las características del barrio, existirá algún sitio (o sitios) para ayudar a la gente. Pues apúntate para colaborar y echar un golpe de mano. Ayudar a la gente es lo mejor que se puede hacer en la vida, y en tu caso además te va a permitir ver en que se puede convertir tu vida con una sola dosis.

No caigas. No malgastes tu vida.

Mucha fuerza!

---

P.D. Si crees que este mensaje te sirve, piensa que lo único que te pedimos es que actúes con los demás de la misma forma que actuamos contigo. Es decir, intentando ayudar sin pedir nada a cambio